Polvo de Uñas
Conseguir o retener a la pareja es una de las preocupaciones más antiguas y angustiosas del género humano. El esfuerzo por lograrlo enardece y agota las energías de quien emprende la tarea, y la ansiedad por el éxito no reconoce moral ni permite descanso. Pero como nada asegura que el empeño será correspondido, en algún momento, al palidecer las esperanzas, se hace indispensable el apoyo para calmar nuestro desencanto y abrir posibilidades insospechadas en el corazón del ser amado.
No es un recurso moderno, los griegos pensaban que necesitaban de los hechizos para inclinar en su favor la mirada deseada. El canto catorce de la Iliada nos dice que Afrodita le prestó a Hera su cinturón mágico con el que seducía a mortales e inmortales. La reina de los dioses, en lugar de utilizarlo para apaciguar la desavenencia de sus padres, como lo había anunciado, lo usó para hacerse irresistible ante la mirada de Zeus, que torció una vez más el éxito de las batallas pero esta vez a favor de los griegos, que anhelaban la conquista de Troya. No es la única oportunidad en que un objeto mágico sirve para inclinar el destino de los hombres o de los dioses.
Actúe con mucha precaución pues al hacer el hechizo usted es responsable de sus actos y si daña a alguien tendrá que responder espiritualmente por ello.
Necesita un poco de polvo de sus propias uñas.
Este antiguo y eficaz filtro para lograr el dominio del ser amado.
El primer día de luna nueva, límese las uñas y guarde el polvo, el cual utilizará en pequeñas cantidades, un poquito en café o vino que le dará a beber al ser amado.
Quienes han practicado este hechizo dicen que para lograr este conjuro es necesario repetir las dosis en los días de la oscuridad de la luna.
Tres veces son más que suficiente para enamorar. De lo contrario se puede enloquecer a la persona.
0 comments