Cómo calmar la Ansiedad por un Desamor

by - sábado, agosto 10, 2019

El desamor puede provocar una angustia, un vacío interior que produce ansiedad. El miedo a no ser correspondido en el futuro, el temor a la soledad o la tristeza de entregar el corazón y no ser aceptado, produce una herida interna cuyo dolor se suaviza con el paso del tiempo. 

La ansiedad por desamor duele pero se supera. Si estás viviendo una situación de este tipo piensa que cada día de sufrimiento solo hace restar a tu proceso de recuperación.

Lo más importante es que intentes continuar con tu vida, rompiendo el contacto con esa persona que te recuerda esa herida que quieres olvidar. Céntrate en otras personas, implícate en tus proyectos de trabajo, organiza algún viaje, haz cosas que te ilusionen.


Cómo calmar la inquietud

En primer lugar, aunque existen personas que idealizan el hecho de tener pareja como si ese estado vital fuese sinónimo de no tener problemas, lo cierto es que cada etapa del amor tiene sus luces y sus sombras.

Por otra parte, tienes que enfocar tu mente (en cualquier etapa de la vida) en los planes a corto plazo porque nadie sabe qué puede pasar dentro de cinco años. Solo ganas nerviosismo, angustia e intranquilidad al jugar a ser adivino de tu futuro. No pierdas tu tiempo actual haciendo hipótesis sobre tu vida y aprovecha tu oportunidad de ser feliz ahora.

Ten una vida social activa y participa en los planes con amigos y familiares. El verdadero problema del desamor surge cuando la persona, víctima de su dolor, se encierra en sí misma y se aísla de los demás. 

Deja de hacerte preguntas

El ser humano tiene el deseo de conocer todas las respuestas a las preguntas sobre su vida, sin embargo, también tenemos que aprender avanzar sin conocer la respuesta de todas esas preguntas.

Así sucede en un desamor donde existen aspectos que trascienden a la voluntad individual de los protagonistas.

En la mayoría de las ocasiones, la causa principal de sufrimiento en un proceso de desamor reside en una baja autoestima que produce inseguridad. Por tanto, el primer paso para reconquistar tu bienestar es volver a conectar contigo mismo. Ojalá que el diálogo interior que mantienes contigo mismo sea cariñoso, positivo y amable. Si no es así, cambia esas palabras y el tono de crítica para transformarlo en autoamor.

Que otra persona no te corresponda del mismo modo no te quita valor a ti como persona. Y esto es algo que debemos tener muy claro en este tipo de situaciones para No infravalorarnos por esta circunstancia.

Puede que este desamor te recuerde a otro que habías vivido previamente, y entonces, la angustia se convierte en una especie de burbuja marcada por historias previas. Sin embargo, cada desamor es diferente. Céntrate en el ahora pero intenta averiguar si existe algún tipo de patrón de comportamiento en tus relaciones que se repite de forma frecuente.

Una de las mejores terapias en un desamor es pasear y reforzar el contacto con el entorno natural. Respirar aire puro. Recargar el alma con la buena energía de ese entorno que contiene tanta paz y serenidad.

Llorar es una de las formas de expresión emocional y de canalización del dolor que más alivio produce. No reprimas las lágrimas, expresa lo que sientes. No temas ser vulnerable porque ahí reside tu verdadera fortaleza.

Si guardas algún tipo de recuerdo material de esa persona, por ejemplo, cartas o fotografías, guárdalas en una caja. Cuando haya pasado el impacto de la emoción, te sentirás más preparado para decidir si quieres conservar esos recuerdos o, por el contrario, quieres romperlos.

Identifica cuál es el momento del día más complejo para ti, ese instante en el que el dolor se agudiza. 

Ante la perspectiva del desamor, para muchos enamorados, el momento más triste es el inicio del nuevo día que representa la incertidumbre de la añoranza.

En algunos casos, la respuesta a esas preguntas se va desvelando con el paso del tiempo, conforme avanzas en tu camino de la vida y descubres que a pesar de ese desamor, siguen siendo muchas las sorpresas y las cosas bonitas que surgen en tu rutina y por las que merece la pena vivir.

Aprende a amarte más y darte el valor que te mereces.


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