La vida es una Sucesión de Hechos que nos estimulan a crecer

El feng shui trabaja sobre la energía de los objetos y su relación con nosotros. 

En la casa donde hay figuras solas, cuadros sin vida, paredes sin nada, lámparas que no funcionan, acumulación de cosas sin sentido, naturaleza muerta, va a haber distancia entre los habitantes, con poca o mala comunicación, una fuerte predisposición a enfermedades y a una sensación de soledad más allá de la compañía familiar. Tener cuadros que no dicen nada o peor aún que nos recuerden lo solos que estamos, nos imprimen diariamente una imagen inconsciente con un fuerte mensaje.

Todo lo que existe es Yin y Yang, todo es bueno o malo, alto o bajo, propicio o negativo de acuerdo al lado en que estemos balanceándonos de nuestro equilibrio. Y ¡¡¡¡¡cómo nos cuesta mantener el equilibrio!!!!! ¿Por qué el mismo tema que nos enoja un día al otro día no? ¿por qué tenemos paciencia un día y otro no? ¿por qué hacemos frente al mundo un día y otro día no?. Es por la falta de equilibrio.

No sabemos estar en el medio, meditar, respirar, ver que lo que nos pasa es para aprender algo y no para perjudicarnos.

Lo difícil es cambiar el molde, lo difícil es no adaptarse a los cambios, lo difícil es empezar a preguntarnos frente al espejo: “¿estás bien?”, “¿estás haciendo algo que te recargue las pilas?”, “¿qué te haría feliz hoy?”. Lo difícil es volver a nacer!!!! porque todo parto duele, pero es una nueva oportunidad de vivir mejor, menos complicados!!!!

Si nos cuesta desprendernos de esa lámpara que nos regalaron para el casamiento que está pasada de moda, no nos atrevemos a usar la vajilla “linda” para comer a diario, ni se nos ocurre tirar esos cuadros que no sabemos cómo llegaron a estar ahí colgados…imagínense como cuesta modificar algo interno.

Empecemos a cambiar el exterior, pintemos una pared con un buen color, nos motivemos con cosas que hayamos elegido, generemos desde afuera el mensaje a nuestra cabeza de que nos merecemos lo mejor.

Voy a decir: “Renazco cada día. La vida no terminó. No estoy condenada a la eternidad en el cementerio, todavía estoy viva y puedo elegir. Y puedo elegir qué cara tener y qué cuerpo también.

Puedo elegir cómo reaccionar ante cada situación porque sé lo que estoy haciendo. Elijo una sonrisa que acerque personas, elijo escuchar el doble de lo que hablo. Elijo ir a yoga, caminar, hacer velas, cerámica, un taller de literatura o un curso. Elijo aprender crochet, repostería o maquillaje. Estoy viva, y hasta el último respiro, YO decido si es difícil ser yo misma o seguir igual y con los mismos resultados que tengo hasta ahora”. 

La vida es una sucesión de hechos que nos estimulan a crecer. De acuerdo a nuestro temperamento vamos a reaccionar ante las circunstancias. El equilibrio es fundamental para darnos cuenta de las elecciones que debemos tomar. Los que no crecen están llenos de toxicidad: rencor, capricho, desilusión, frustración. Los que aprovecharon los reveses para aprender, podrán decir que, lo que no los mata los fortalece.

Oren, pidan, hablen con su ángel, tiren lo que no usan y es viejo porque las envejece, respiren, tomen agua, escuchen música, caminen, llenen su mente de mensajes buenos hacia ustedes, escriban un listado para enfocar, pinten una pared, planten flores de colores en la entrada de la casa, agradezcan, no se metan en los temas de otros, mejor háblense y pregúntense. 

Si están leyendo esto es porque están vivas y entonces hay oportunidad. Porque todos los días nos motivan a vivir por sí mismos.

Y no se olviden que da amor el que tiene amor, da bendiciones el que se siente y vive bendito. No se puede dar lo que no se tiene para uno mismo. Vean a su alrededor, hay mucho por hacer.