Todos los días aparecen cosas nuevas. La Decodificación Ambiental, una nueva disciplina que ensambla los conocimientos milenarios del Feng Shui con los de la Biodecodificación, interpreta la vivienda como un reflejo del subconsciente de quienes la habitan.
La decodificación ambiental apunta a mostrar como un arte milenario como el feng shui ya conocía los principios de la naturaleza y las distorsiones de los seres humanos. Surge además del convencimiento de que antes de que se plasme en la materia, nuestro hábitat fue creado en los campos más sutiles de nuestros pensamientos, ya que las creaciones habitan en nosotros como información en el ADN pensamientos de esta vida.
Puedo asegurar después de tantos años de realizar esta terapia en los hogares y de ver como la elección de una casa responde a programas del subconsciente de aprendizajes, que la casa es la representación física de las energías inconscientes que operan dentro nuestro.
Estas distorsiones o aprendizajes vienen acordadas con los ancestros es por eso que las culturas orientales como China y Japòn poseen un respeto por sus antepasados que los lleva a reconocer las entidades espirituales ancestrales que habitan dentro de nosotros y que son parte de la información que poseemos todos .
Al reconocerlos y respetarlos el camino se allana, ya que no hay luchas de aceptación o exclusiones, cuando esto ocurre el respeto a los ancestros y sus memoria nos llevan a vivir una vida con mayor armonía.
CUANDO SE REALIZA UN CAMBIO QUE LLEVA A LOGRAR UN ESPACIO ARMÓNICO EN UNA CASA HAY DOS PUNTOS IMPORTANTES:
1. Que el afuera como sistema ambiental cambia y con él la proyección de la energía que emana.
2. La información que le estoy enviando a mi subconsciente que deseo estar mejor. Y esta información es la que realiza las creaciones en el presente desde un lugar de mayor optimismo y conciencia
Vivimos inmersos en un mundo de símbolos la mayoría de los cuales nos pasan desapercibidos.
Pocas veces somos conscientes de hasta qué punto nuestra cotidianeidad está influenciada por los símbolos, en su mayoría han llegado hasta nosotros a lo largo de los siglos, a través de culturas y religiones diferentes. Muchos de ellos han perdido su sentido original.
Cualquier imagen que nos rodea contiene un ‘arquetipo’ inherente, una pauta, un código y una simbología. Todo lo que empleamos para decorar nuestro espacio vital, cada cuadro, escultura, objeto, y color contiene la fuerza de un arquetipo simbólico.
Es decir, cada imagen desprende una información y esa información, lo respiramos, entra en nuestro campo de energía y se suma a él. De hecho, vista como energía, una imagen provoca lo mismo que la música.
Recordemos que esta práctica Implica un compromiso personal hacia el cambio en armonía. Cada modificación que uno hace en la casa, cada objeto que uno coloca en un determinado sitio y con una cierta intención es una representación exterior de la voluntad interior.es por eso que la simbología más efectiva siempre será la coloquemos con conciencia
Afirmaciones ambientales presentes en los objetos
Cuando alguien comienza una búsqueda personal para sentirse mejor suele tener intuitivamente la necesidad natural de embellecer su hogar, hacerlo más funcional y confortable en sintonía con su nueva actitud ante la vida.
A veces se trata de mandatos de sacrificio, de abuso, desvalorización o de bajo merecimiento, que se han heredado de generación en generación en modo automático, sin cuestionarse.
Podemos amar y respetar al clan y entender que los sacrificios hechos por los ancestros ya no son necesarios, y desde la casa implementar estrategias de nuevas creaciones de mayor libertad y disfrute.
Así podemos encontrar en el living o en el hall de una casa, pinturas que replican situaciones de sometimiento o de trabajo extenuante, como ocurre en obras del virtuoso Quinquela Martín, donde los hombres del puerto cargan bultos pesados sobre sus espaldas. También, es frecuente encontrar pinturas de barcos en medio de tormentas o personajes que han sufrido enfermedades o vidas de sufrimientos como Frida Kahlo que, aunque estén dibujadas o pintadas con colores alegres, contienen la fuerza de un arquetipo simbólico que desprende una información que entra en nuestro campo de energía y se suma a él.
Este tipo de simbología actúa como afirmaciones ambientales que hablan de una sensación interna o emoción encriptada para llegar a los objetivos.
Quitar estas imágenes y reemplazarlas por símbolos que proyecten patrones de abundancia y alegría será inspirador para los habitantes de la casa y para sus generaciones venideras.
El dinero como merecimiento
Los conflictos inconscientes en torno al estado de merecimiento también quedan plasmados en la casa. He visitado viviendas en las que se acumulan cosas en extremo, desde objetos guardados hasta placares atestados de ropa sin usar. En este hábito tan arraigado está latente un pasado generacional de antepasados sumergidos en la pobreza o que pasaron necesidades extremas. Estos antecedentes dejaron una huella en los integrantes venideros del clan con miedos a la pérdida, exigiendo tener un excesivo control sobre los objetos materiales.
Otro síntoma estructural con el manejo del dinero puede verse desde el Feng Shui, cuando hay conflictos con el agua en las casas. Las piscinas con el agua sucia en el invierno, los conflictos que se manifiestan por fugas de agua, en cañerías, termotanques, humedades en paredes. Por fortuna, todos estos síntomas se pueden ver fácilmente, y con solo repararlo reafirmamos nuestra voluntad de prosperar sin obstáculos.
No es la falta de dinero lo que nos muestra conflictos con el merecer, sino muchas veces la forma en que manejamos el dinero.
A veces hay programas que llevan a gastar hasta el punto de no poder guardar: “hay que gastar y gastar” (no se puede ahorrar, pues no se merece tener), y otros en los que llegado un punto de ganancia, sucede una pérdida.
Un plan de acción
Para poder abordar un plan de "decodificación ambiental", sin dudas primero hay que tener deseos de modificar maneras de funcionar en la vida que traen malestar o infelicidad. Una actitud receptiva y de escucha hacia nuestro ser más genuino y nuestra casa como su reflejo, será la clave del éxito.
Generalmente, comenzamos analizando aquello que molesta, que inquieta. Luego, una limpieza de lo que ya no sirve, tanto en el plano práctico como en el emocional, habilita a una circulación renovada de la energía. De este modo, es más fácil instalar otras formas de habitar el hogar.
La parte más apasionante es lo que sucede cuando realizamos los cambios en la casa para lograr un espacio armónico:
1. Se movilizan las energías informando a mi subconsciente de forma arquetípica que deseo estar mejor. Esta información es la que realiza las creaciones en el presente desde un lugar de mayor optimismo y conciencia.
2. El afuera como sistema ambiental cambia y con él la proyección de la energía que emana.
3. Donde se instalaron creencias desmotivadoras ,-usando el poder de los símbolos-, activamos motivaciones, ideas nuevas (positivas y superadoras).
Aprender a intervenir la casa desde el Feng Shui con decodificación ambiental permite leer nuestro hogar como un plano de vida, da una mirada corrida de la tradición familiar, haciéndonos ver aspectos profundos que son los mandatos del clan.
Cuando las afirmaciones negativas del ambiente se retiran van surgiendo las afirmaciones adecuadas para recrear un hábitat que vibre en positivo y en sintonía con objetivos propios de felicidad.
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