El Feng Shui va más allá de optimizar nuestro espacio, de hacerlo bonito y acogedor. El objetivo principal del Feng Shui es el bienestar, la armonía más allá del espacio; es una armonía interior que se expande al lugar que habitamos. Se trata de que la armonía espiritual fluya y se extienda sobre todo lo que tocas y todo lo que existe a tu alrededor, esa es la armonía de la que habla el Feng Shui.
Así que si quieres eliminar la mala energía tienes que realizar algunos actos que te hagan sentir que has logrado tu objetivo, te damos un ejercicio:
Busca algún objeto en tu casa que no te guste, que te traiga malos recuerdos, que te haga sentir pobre, que te hagan acordar a un amor pasado y terminado, busca un objeto que te conecte con algo feo en tu vida, cuando lo encuentres, dale la gracias porque eso ya no te representa, eso ya no vibra con quien eres actualmente y tíralo, sácalo de tu vida (no lo dones porque ya está impregnado de mala energía, una mala energía que pertenecía a tu pasado), ahora siente como ese acto simbolico de sacar de tu vida algo que representa algo negativo, te hace sentir mejor, te hace la vida más liviana, ahora ya no eres eso que te representaba el objeto, eres alguien nuevo con buena energía.
Al comienzo hay mucha resistencia a tirar algo que emite muchos sentimientos, porque el afuera muestra nuestro interior, pero una vez que te animes a deshacerte de eso verás como tu energía cambia.
Luego has lo mismo con otro objeto y sigue así, verás como tu energía cambia y como cada vez querrás deshacerte de algo nuevo.
Anímate no le tengas miedo, ni te sientas mal por tirar algo de valor, el valor está en lo que te animas a sacar de tu vida que representa mala energía.
Todas las cosas que nos rodean, particularmente en el hogar , tienen un significado, seamos o no conscientes de ello. De uno u otro modo, las asociamos con experiencias personales. Por eso, deshacerse de objetos es también decir adiós a algo de nosotros mismos.
Muchos nos han escrito diciendo que le es muy difícil sacar de su vida un objeto simbólico, otros no saben cuál objeto elegir, y cualquiera sea el motivo por el cual no te animas a tirar un objeto es porque tienes resistencia a cambiar!!
Para ayudarlos a elegir esos objetos porque generalmente esos objetos que se asocian con la tristeza o lo negativo, acá van algunos ejemplos:
Merecen especial atención las cosas que recuerdan a quienes se han ido, bien sea por la muerte o por otra razón. Fotografías que ocupan paredes, recuerdos que están en distintos lugares. Muchas veces esos objetos no son una manera de evocar a quien ya no está, sino de no dejarlo ir.
También están los objetos que han sido testigos de momentos difíciles, como una enfermedad o una seguidilla de conflictos sin resolver. De uno u otro modo, esas cosas remiten a tales situaciones y se convierten en una prolongación de las mismas.
La asociación es sutil, pero permanece en el tiempo. Te das cuenta de que sucede porque a veces sientes que asfixias en esos lugares.
Cada objeto que está ahí tiene una historia, a veces directa, a veces indirecta. Directa, cuando remite específicamente a una situación: la silla donde esa persona se sentaba o la habitación en donde se produjeron las agresiones. Indirecta, cuando el vínculo es más sutil: “traje ese almohadón a casa cuando todavía no me habían despedido del trabajo”
El punto es que no se debe olvidar que además de cumplir con su función, los objetos también transmiten un mensaje. Anímate a sacar lo indeseable de tu vida!!!
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