Los Símbolos navideños y El Inconsciente

by - martes, diciembre 07, 2021

Los Arboles

Símbolos vegetativos del bosque y expresión de las fuerzas fecundantes de la Madre Tierra, fueron objeto de culto en toda la Europa prerromana. 

Los aldeanos se dirigían a los árboles del bosque y tras ofrecerles algún regalo, invocaban la acción de sus espíritus con el fin de lograr protección para sí mismos, sus familias y sus cosechas, animales y propiedades. No se podían maltratar los árboles y en caso de hundir un hacha el leñador pedía perdón y según la región tenía que cumplir alguna penitencia. 



El árbol sagrado por excelencia fue el roble, pero en las regiones donde este no crecía se trasladó su función mágica a otros árboles propios del lugar como la Encina (Galia y Britania) y el Abeto (Cornualles, Gales), el Pino donde las piñas simbolizan la inmortalidad de la vida vegetal, su retorno cíclico y eterno.

Cuando a mediados del otoño las hojas del roble caían desnudando al árbol, las culturas agrarias que adoraban al árbol creían que el espíritu que había vitalizado al roble lo abandonaba y así el bosque y la naturaleza en general. Por eso las personas comenzaron a adornar las ramas con telas de colores y piedras pintadas, para lograr que el espíritu regresara y volviera al hogar lo más pronto posible, al hallarlo más atractivo. Así pues el ancestral y verdadero significado de los adornos navideños es el de propiciar el regreso del espíritu generador de la Naturaleza que, tras hacer brotar la vida vegetal y animal, aseguraría la supervivencia un año más.

El Muérdago 

Una planta mágica asociada al espíritu, de la Navidad porque a sus ramilletes se les atribuye la virtud de dar protección, suerte y felicidad. Sus propiedades mágicas se le atribuyen por la misma característica de la planta “suspendida entre el cielo y la tierra”, símbolo de la unión entre lo divino y lo humano. 

Es una semi-parásita que no echa raíces en tierra y lo hace sobre otras plantas y sus hojas se mantienen siempre verdes durante todo el año tanto en condiciones de luz como de oscuridad (ni la tierra, ni el sol). Según los griegos, la planta fue traída a la Tierra por los dioses para que sirviera de talismán, una especie de “regalo divino y los druidas iban en busca de ella en una ceremonia de recogida del muérdago sobre el árbol sagrado. La planta que no podía tocar el suelo era recogida en lienzos y se elaboraban pócimas medicinales con sus bayas.



El Símbolo de los Colores

En todas las culturas, los colores tienen significados universales bien definidos que corresponden con sus virtudes mágicas atribuidas a sus fuentes de origen y al beneficio que se espera de ellas. 

Entre los colores que dominan los adornos destacan algunos como el verde, rojo, blanco, amarillo y menos abundante el azul. 

El verde es tibio, fecundo, esperanzador, tranquilizador, vital, es la representación de la Naturaleza, de la Vida. 

El rojo en su faceta positiva simboliza la generosidad sin límites que vivifica, la caridad y la sangre asociada a la vida como expresión del amor divino. En Oriente considerado signo de belleza, riqueza y dicha (*) Euphorbia pulcherrima(Flor de Pascua) de hojas verdes y brácteas rojas de gran tamaño símbolo de buen augurio en Año Nuevo y Navidad. 

El amarillo, caliente expansivo, solar, del oro de las espigas maduras, simboliza el nacimiento del solar hijo divino, la mismísima eternidad, la realeza, la luz divina, siendo por todo ello el color nuclear de la celebración navideña y asegura la felicidad y la prosperidad en todos los campos. 

El blanco es asignado en la mayoría de las culturas al eje imaginario que va desde el nacimiento del sol (este) a la puesta del mismo (oeste), por eso se relaciona con el nacimiento y la muerte. En las culturas europeas de siglos pasados y en las actuales orientales, el blanco a encarnado tradicionalmente el luto al ser considerado como el símbolo de la muerte que precede y permite todo renacimiento. En latín “candidus=blanco”, es el color adjudicado al candidato, a quien aspira a mudar su condición anterior o es un iniciado o al que ya ha superado un proceso iniciático. En general el color significa pureza, inocencia, virtud, fe y hasta iluminación.

El azul es el más inmaterial, frío, distante y vacío de todos los colores, simboliza el desapego frente a los valores del mundo y el vuelo del alma liberada hacia Dios o el Cielo o el límite hacia otro lado.



Velas, Campanitas, herraduras, Piñas, manzanas, Estrellas, Bolas, Regalos 

Todos estos objetos son tomados como parte del decorado navideño, sin embargo llegan a nosotros cargados de un significado hermoso e importante que la mayoría de las personas desconocen. 

Las Velas simbolizan la Luz y la relación entre el espíritu y la materia dado que el Fuego (Espíritu) acaba por fundir la cera (materia) hasta transformarla y hacerla desaparecer. El Fuego es un elemento fundamental para la purificación y la regeneración que, al cerrar el círculo, desemboca nuevamente en la fertilidad.



Su significado permanece ligado al de la Llama que representa según las distintas culturas, la presencia de las fuerzas espirituales de la Naturaleza y/o la potencia de los seres celestes. En todas las culturas, la Llama es símbolo de purificación, iluminación, acción fecundante del amor espiritual, la imagen del Espíritu y de la trascendencia. 

Las Campanitas significan la trasmisión de las verdades reveladas, aunque cada cultura atribuye funciones diversas, todas sin excepción las incluyen como elementos litúrgicos clave en los rituales religiosos por el significado universal del sonido investido de poder de purificación y protección mediante sus tañidos que alejan malas influencias. Los villancicos aluden al canto de los ángeles al son de campanas y comparten la misma simbología por la función del sonido como manifestación primordial que originó la existencia.



Las Herraduras, tomado en su aspecto positivo,(conectado con el cielo) el hierro ha sido un tradicional símbolo de fertilidad y protección para velar por las vidas humanas, el ganado y las cosechas. Las herraduras reúnen el poder del hierro en sí y el propio proceso de forjado “la forja permite entrar en comunicación con el cielo” según se afirma en muchas leyendas de la China antigua.



De la fuerza de la herradura como amuleto protector, capaz de poder frenar la acción de las fuerzas malignas, habla una extendida leyenda medieval que dice que las brujas para poder asistir al aquelarre, iban montadas en sus escobas, en lugar de hacerlo sobre caballos, porque temían tanto a la presencia de una herradura como a la de un crucifijo.

Las Piñas símbolo de inmortalidad y expresión de esperanza en la eclosión de la vida, representa el cíclico y eterno retorno de la naturaleza y pertenece a los mitos de las culturas agrarias. Las piñas que suelen colocarse como adorno indispensable en los en los centros de mesa navideños representa la esperanza en una nueva primavera cualquiera sea el sentido que quiera dársele a primavera. 



Las Manzanas la importancia de la manzana obedeció a un secreto ancestral, solo conocido por los iniciados y que está en el mismo corazón de la fruta. Si se parte por la mitad una manzana en forma perpendicular al pedúnculo, observarán que los alvéolos que contienen las pepitas conforman una estrella de 5 puntas, razón suficiente para según el ocultismo considerarla como el símbolo del conocimiento y de la libertad de elección. 



Las Bolas navideñas fueron diseñadas en el siglo 18 por los sopladores de vidrio de Bohemia, los cuales se inspiraron en las manzanas que antiguamente se colgaban en el árbol durante el solsticio invernal para propiciar el regreso del espíritu de la naturaleza. 



La Estrella de 5 puntas representa los cinco sentidos corporales, pero su número encarna también la convergencia del principio masculino y femenino simbolizados por el 3 y el 2 respectivamente, en una unión fecunda el 5 que es símbolo de armonía equilibrio. Representa también la hierogamia o “boda sagrada” como lo llamó Jung entre el principio generador celeste el tres y el principio terrestre materno, el dos, implicando felicidad y realización. En la antigüedad se consideró a la estrella de 5 puntas como expresión del conocimiento y como una imagen de lo perfecto ( simbología masónica, la tiene como una alegoría del hombre perfecto y cuando se la representa con sus 5 brazos llameantes, proclama el foco místico destinado a expandirse por el universo).

La de Belén es de 5 puntas, y menos frecuentes son las de 6 y 8 puntas, la primera es la más representativa del género y es el fruto de la unión de dos triángulos equiláteros invertidos y sobrepuestos con precisión, formando la conocida “estrella de David”, se la denomina sello de Salomón y representa la unión total y perfecta entre el Espíritu y la Materia, entre lo activo o masculino y lo pasivo o femenino, entre el cielo y la tierra. 



En India se la conoce como sello de Visnú y se le concede un lugar especial en los hogares por su función de talismán protector contra el mal. La estrella de 8 puntas representa el equilibrio cósmico, la vida eterna y la resurrección. “Tener buena estrella” tendrá su importancia e influencia el saber elegir el tipo más adecuado de estrella.

Los Zuecos y Calcetines es una antiquísima costumbre nórdica y su finalidad era que los espíritus del bosque y los gnomos compartiesen tesoros con los humanos, exorcizando la tristeza y la avaricia natural del invierno, mediante pequeños y mágicos obsequios llenos de alegría y esperanza. 



Hacerse regalos durante la Navidad y el Año nuevo tiene origen en una antiquísima tradición la generosidad que representa el retorno del sol, la fertilidad agrícola y ganadera con la llegada de la primavera. El intercambio festivo de obsequios pretende 2 objetivos básicos: informar y agradecer públicamente que el pasado ha sido propicio, mostrando capacidad material, compartiendo con otros lo obtenido y además demandar a los dioses en virtud de esa misma generosidad ritual, que el futuro sea tanto o más favorable que el pasado. Este es el origen ancestral del ritual obsequioso, y cabe situarlo en algún momento desconocido dentro de la evolución cultural de las comunidades humanas prehistóricas.

Tatio gobernador de Roma junto a Rómulo, recibió un feliz augurio mediante unas ramas de laurel cortadas en el bosque consagrado a la diosa Strenia que le fueron ofrecidas el primer día del año y en conmemoración de este grato suceso y en conmemoración a la diosa promulgó que este gesto se convirtiera en una costumbre en lo sucesivo. Denominó “strenae” a este tipo de regalo tan singular. 

Hoy la palabra estrena es sinónimo de “aguinaldo”, de obsequio que se hace por Navidad. 



La costumbre de intercambiarse regalos fue expandiéndose a medida que lo hizo el Imperio Romano, la fecha tradicional para este ritual fue siempre el inicio del Año Nuevo, durante las celebraciones Saturnales, pero la Iglesia católica lo cambió para la fecha de la Navidad. Los antiguos romanos le dieron al laurel verde u olivo, así como a la verbena un poder mágico como símbolos de buen augurio y felicidad , en virtud de la leyenda de la diosa Strenia. 

Así como a los espíritus del bosque se les ofrecían regalos, ellos también comenzaron a intercambiaban obsequios, con los humanos dejándolos es sus casas, junto a un árbol. De esta manera comenzaron a aparecer según las culturas duendes, semidioses como Sileno, Príapo, elfos, genios orientales saliendo de lámparas, en fin una larga serie de seres indispensables caracterizados todos ellos por no ser nada espirituales, tener un aspecto físico poco o nada agraciado y por traer suerte, fertilidad y regalos.

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