Tu hogar es el santuario donde encuentras refugio, cobijo, protección y donde nos podemos guarecer ante cualquier conflicto de la vida.
Llegar a casa puede ser el momento de más tranquilidad y relajación que podemos vivir si lo mantenemos con una energía limpia y un ambiente neutro. Hogar viene de hoguera porque nuestros antepasados se sentaban alrededor del fuego para darse compañía, calor y seguridad. Es por ello que debes darle toda la importancia que se merece a ese espacio que cubre todos los días y que debes anclar a una energía pura, cálida y renovadora.
Limpia consagra y da poder a los elementos que se van a mencionar.
Coge una cebolla partida por la mitad y di:
"Te doy poder para que absorbas toda la negatividad de esta casa."
Imagina que la cebolla se convierte en un aspirador de negatividad y ponla en el alfeizar de la ventana de la habitación en la que más horas pase la familia.
Ahora haz lo mismo con un ajo, tritura los dientes y ponlos en el umbral de la puerta de entrada a la casa.
Escribe en un corazón blanco de papel los nombres de los miembros de la familia en letra roja y rodéalos a todos con un círculo. Di:
"Pongo en un círculo a todos mis seres queridos, con energía positiva, armonía y paz. Que nada demoníaco entre en casa."
Mantén el papel en tus manos mientras imaginas a tu familia reunida y feliz, al acabar di:
Sin daño alguno. Que todas las correspondencias astrológicas sean correctas para este sortilegio y que esta obra no se invierta o se convierta en un obstáculo en mi camino. ¡Que así sea!
Cuelga el corazón en la pared de tu habitación y recorre las habitaciones de la casa dando tres toques de campanilla en cada una para que la luz de los ángeles entre en ellas diciendo:
"Ángel guardián, por favor entra aquí y trae amor y protección a mi familia."
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