Júzgame, oh Jehová, conforme a mi rectitud y conforme a mi integridad.
Termine ahora la maldad de los inicuos y establece al justo; pues el Dios justo pone a aprueba el corazón y la mente.
Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón.
Dios es juez justo, y es un Dios que se indigna todos los días con el impío.
Si no se arrepiente, Dios afilará su espada; tensado tiene ya su arco y lo ha preparado.
Asimismo ha preparado para él armas de muerte; labrado sus saetas ardientes.
He aquí, el impío sufre dolores de parto con la iniquidad; concibe maldad y da a luz engaño.
Pozo ha cavado y lo ha ahondado; y en la fosa que hizo a caerá.
Su iniquidad caerá sobre su cabeza, y su violencia descenderá sobre su propia coronilla.
Alabaré yo a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová, el Altísimo.
Oh Padre mío,
que fuiste llevado ante Caifás y los escribas;
Tu que fuiste prendido y condenado,
escupido y humillado,
maldecido y apaleado,
te ruego que intercedas por este pecador
que se siente acosado y sometido
a un juicio injusto sin merecérselo.
Permite, oh Jesús mío,
que tu luz ilumine
el entendimiento de mis acusadores.
Tú, al que condenaron y ni siquiera te defendiste
por tu infinita misericordia,
defiéndeme a mi ahora y ven en socorro mío.
Arcángeles y santos,
libradme de todo mal.
Amén.
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