Visión Gnóstica de la Sexualidad

by - martes, noviembre 03, 2020

Ante todo, “GNOSIS” significa “CONOCIMIENTO”. La palabra Gnosis entra también en la Ciencia Oficial: Diagnosis, por ejemplo, diagnóstico..., vean ustedes la Gnosis ahí, en la etimología. En todo caso, las corrientes gnósticas definidas conocen a fondo la Sexología.

Hoy en día, el sexo comienza a ser estudiado por algunos sabios con propósitos trascendentales. Desafortunadamente y en verdad, abunda mucho la pornografía, se desvía al sexo hacia actividades meramente sensuales.

SEXOLOGÍA

El estudio del sexo desde el punto de vista de la energía sexual y la utilización que se le puede dar a esta energía son el fundamento de la sexología.

Existen tres tipos de sexo:

Sexo normal, infrasexo y Suprasexo.


Sexualidad normal:

Entiéndase como la actividad sexual conducente a la reproducción de la especie. Aquí encontramos las parejas que no tienen conflicto sexual, que disfrutan del goce sexual (algo legítimo del hombre); no existe el adulterio, hay amor entre ellos, se respetan, se quieren y de su unión íntima sin fornicación y amor, nace una nueva criatura para este mundo.

Infrasexualidad:

Encontramos a los diferentes seres humanos que tienen conflictos con la sexualidad, ya sea por odio o abuso de esta energía. Por ejemplo, los que odian el sexo (anacoretas, célibes que consideran el sexo algo impuro) y las personas o los hechos que atentan contra natura (violadores, masturbadores, exhibicionistas, pederastas; vasectomía, ligadura de trompas, abortos, zoofilia, necrofilia, relaciones sexuales orales y anales; anticonceptivos).

También son infrasexuales los que abusan del sexo, a saber: los donjuanes, los casanovas, los adúlteros, los que gustan de las fantasías sexuales y la pornografía, las personas ligadas al mundo de la prostitución y las que utilizan la belleza con objetivos seductores y malignos.

“El poeta griego Homero dijo: ‘más vale ser un mendigo sobre la Tierra y no un rey en el imperio de las sombras’. Este imperio es el mundo tenebroso de los infrasexuales” (Samael Aun Weor).


Suprasexualidad:

Es el sabio uso de la energía sexual, es la comprensión de los Misterios Alquímicos sexuales, la transmutación sexual, el despertar del Fuego Sagrado, el ascenso del Kundalini, la utilización del sexo con fines espirituales y trascendentales.

El Suprasexo es para los genios, para los hombres trascendentales, como los grandes músicos de antaño (Beethoven, Chopin, Liszt), los grandes artistas (Miguel Ángel Buonarroti, Leonardo da Vinci), los grandes poetas (Homero, Virgilio), los grandes filósofos (Sócrates, Platón), los grandes matemáticos (Pitágoras, Arquímedes). Ellos fueron Suprasexuales.

Con la sublimación sexual regeneramos las glándulas de secreción interna (gónadas, pineal, pituitaria, tiroides, paratiroides, etc.), las estimulamos para que produzcan más hormonas; se despiertan, entonces, facultades internas como telepatía, intuición, oído mágico, desdoblamiento astral.

Un Suprasexual desarrolla la clarividencia y las extrapercepciones; puede ver otras dimensiones y los seres que las habitan, goza de cuerpos superiores que le permiten investigar los misterios de la vida y de la muerte y conoce los grandes fenómenos cósmicos de la naturaleza.

Para mayor comprensión podemos entender cómo el hombre utiliza la energía sexual de los animales en su propio beneficio para ganar dinero, pero no sabe aprovechar su propia energía sexual para darse salud, vitalidad, conciencia; utiliza la energía de ciertos animales para transformarla en fuerza y vitalidad para sí mismo. Por ejemplo, los gallos de pelea, esos pequeños animales que pesan apenas gramos, son capaces de ganarles a otros de gallinero que pueden superarlos en peso al doble o el triple. ¿Por qué les ganan?

Porque nunca se cruzan con gallinas, entonces se mantienen fuertes con toda su energía sexual. Estos gallos están siempre amarrados a un palo, para que no se suelten y vayan a buscar a la hembra.

También vemos cómo los caballos de carrera están siempre alejados de las hembras, porque, cuando sienten una yegua en celo, desperdician energía sexual en la pesebrera y de este modo malogran su fuerza y vitalidad para la carrera, llegando a sudar incluso más que los caballos que no pierden sus energías. Nunca los utilizan para la reproducción, hasta que los retiran de las pistas.

Lo mismo en el caso de las yeguas, a fin de que no pierdan su vitalidad.

Otro ejemplo son los toros de lidia (corridas de toros), comunes en España, México y Perú. A estos toros se les llama de pura casta y son encerrados muy aparte de las vaquillas, ya que no pueden ni sentirlas en celo, de lo contrario, son capaces de brincar los cercos y lesionarse. El hombre hace castos a estos animales a la fuerza.
Cuando salen a la corrida van con toda su energía, lo cual permite al torero lucirse más. Lo primero que éste hace es tentar al toro con la capota para ver su fuerza. Si el toro dobla las rodillas y cae, se dice que al toro “le falta casta” (castidad), es decir, le falta fuerza en las patas delanteras. Esto se debe a que el ganadero le sacó energía seminal destinada a inseminación artificial, de manera que el animal no va a servir para que el torero se luzca.

Asimismo, a los deportistas los alejan de sus esposas antes de los eventos importantes, con el objetivo de que mantengan toda su vitalidad.

En el boxeo, todo buen entrenador le impone a su alumno una concentración de noventa días, para que no pierda sus energías sexuales y tenga más fuerza al golpear.

Todos estos son ejemplos como el hombre utiliza inconscientemente el potencial sexual para su beneficio profesional o económico.

Sin embargo, el que comprende conscientemente la importancia de su propia energía sexual, aprende a cuidarla y transmutarla, a sublimarla y a atesorarla para recuperar su fuerza, su vitalidad y despertar sus facultades internas.

No se trata, pues, de abstención sexual, sino, de aprender a sublimar esta energía y transformarla.

Así como el Maestro o Gurú aparece cuando el discípulo está preparado, de igual forma se hará presente la pareja cuando estemos preparados.

Al célibe o soltero le podemos decir: no desees una pareja, prepárate para recibirla.

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