¿Por qué los hombres buscan a otra?

Los expertos y los estudios coinciden en que puede que las razones por las cuales un hombre busca a otra mujer no sean tan complicadas. Excepto por el machismo, las demás podrían pasarles no solo a ellos.

Brenda Eskenazi, directora del Center for Children’s Environmental Health Research de la School of Public Health, señala que los hombres buscan una mujer a la que consideran más apta para tener hijos y con ella buscan formar un hogar. 

Sin embargo, la sexóloga Carolina Guzmán señala que a la hora de tener sexo, los hombres buscan una mujer más decidida y es por esto que surge la infidelidad.

Las Razones

El estudio ‘Diferencias entre los sexos cuando sucumben a las tentaciones sexuales en función del impulso’, publicado en la revista científica ‘Personality and Social Psychology’, encontró que la capacidad de los hombres para controlar sus impulsos sexuales es mucho menor que la de las mujeres, además, están más presentes en ellos que en las mujeres. Por otro lado, un estudio de la Universidad de Southampton publicado en el British Medical Journal Open, encontró que las mujeres se aburren de tener sexo con su pareja tras el primer año de relación, mientras que la mayoría de los hombres mantiene el interés. 

Machismo: A los hombres los enseñan a que su hombría se manifiesta conquistando mujeres. “Es la forma en la que crían a los hombres y esto tiene que cambiar. No para que haya más relaciones duraderas, sino para que existan relaciones sin engaños, donde el hombre sea capaz de aceptar que ama o que su hombría no se verá amenazada por la fidelidad”, explica la psicóloga.

La novedad: Con el tiempo la rutina se convierte en un factor determinante en una relación, y es por esto que los hombres, con menor control de sus impulsos, finalmente buscan a otra mujer o prestan atención a la que aparece. “Lo que sucede es que los hombres -y también las mujeres, pero son más discretas- empiezan a aburrirse de una situación de pareja que se plantea como lo mismo a diario. Las discusiones por el dinero y los hijos y resolver estos temas se vuelve algo agotador”, explica la psicóloga María Clara Rodríguez. Y agrega: “solo para salir de la rutina, un hombre comienza a coquetear con una mujer. Y aunque empiece de forma inocente, si las cosas se dan pasan a algo más”. 

El mundo de los seres humanos tiene como base, en muchas de sus facetas, el ego. “¿A quién no le sube la autoestima saber que logró una conquista? En ocasiones las cosas no van tan bien en otras áreas de su vida, incluso en su hogar o relación de pareja y buscan a otra mujer para sentir que aún pueden lograr algo, así sea una conquista romántica”. 

La adrenalina para probar el control: Si bien en un principio las mujeres controladoras infunden algo de temor en sus esposos o novios para evitar que las engañen, en realidad están propiciando una situación de reto, según explica la sexóloga Carolina Guzmán: “los hombres -y todos los seres humanos- queremos escapar del excesivo control. A las mujeres nos enseñan generación tras generación que al hombre hay que vigilarlo. Y tristemente, muchas mujeres actúan más como carceleras que como novias. Y para ellos es un reto. Engañarán por el gusto y placer de sabotear el control de sus novias o esposas”.

Falta de atención: La psicóloga María Clara Rodríguez explica que una señal común que se da mucho en los hombres, es que se quejan de que su esposa o su pareja no les presta la suficiente atención: “en la crianza le enseñan al hombre a ser atendido. Hoy eso ha cambiado, pero cualquier persona echa en falta que se preocupen o le pregunten si se siente bien con la relación y si quiere seguir en pareja”. 

El varón siempre quiere acostarse por placer: El cómico estadounidense Billy Cristal una vez en broma dijo: “Las mujeres necesitan una razón para tener sexo. Los hombres sólo necesitan un lugar”. Hay que ir al fondo de la cuestión: ¿por qué el hombre desea tener sexo? “Es verdad, antes el hombre practicaba sexo por placer. Pero está demostrado que hay varios motivos detrás del deseo masculino. 

En ocasiones los hombres buscamos sexo para sentirnos queridos, para asegurarnos que la relación sigue funcionando, para comprobar que a pesar de las discusiones y los problemas, la relación no peligra. Muchos varones utilizan el sexo para equilibrar carencias, cuando se sienten frustrados porque las cosas no van bien”

Los hombres son infieles por naturaleza. Esta tesis se basa en el patrón antropológico del hombre cazador, que persigue constantemente a mujeres fértiles para que sus genes se propaguen. Una vez más, los sexólogos coinciden: esto suena más bien a excusa (biológica). Hay hombres y mujeres infieles. 

Es una decisión personal, que no depende del sexo. “Lo que sí es seguro es que no estamos preparados (hombres y mujeres) para ser monógamos. 

Somos infieles por igual, sí; pero no igual. 

Aunque la tendencia empieza a cambiar, en la actualidad son muy pocas las mujeres que son infieles únicamente por sexo. Por lo general, buscan algo más, algo así como una infidelidad emocional. Dijo una vez Sharon Stone que “las mujeres son capaces de fingir un orgasmo, pero los hombres pueden fingir una relación entera”. 

Pero tampoco es que los hombres que busquen aventuras sean esclavos de los caminos de la lujuria. “A veces la infidelidad obedece a un mecanismo de compensación, para buscar un equilibrio para seguir en una relación en la que no se es feliz. Los hombres somos muy cobardes en las relaciones y a menudo buscamos un pretexto fuera, antes que enfrentarnos a una conversación. Hay infidelidades que tapan estas dificultades y que, paradójicamente, mantienen unidas a las parejas”.

En conclusión se diría, contrario a lo que se dice, que un hombre busca a alguien mejor, ellos no buscan algo mejor. "Buscan algo Diferente". Así que detrás de las apariencias y los tópicos habituales, ser fiel es una decisión y aunque se pueden encontrar cientos de miles de razones para ser infiel, todas ellas existen sólo para justificar un acto deliberado, planeado y ejecutado por voluntad propia, por decisión consciente, así que valdría la pena empezar a cuestionarse ¿para qué necesito ser infiel? y si el riesgo lo vale.