Lo que hacemos Regresa...
No se trata de los elementos que tengas en tú morada. Se trata de las energías que manejas y de la paz que reine en tú hogar. No es tú vestimenta, ni los colores.
No se trata de los talismanes eso no determina tu bondad, se trata de la profundidad de tus ojos, de como es tú Ser mas allá de tus ropas y como manejas tú propia verdad.
No se trata de tú léxico, ni de los libros leídos, ni de repetir como loro ideas de otros. Se trata de todo lo vivido y aprendido.
No se trata de congelar a quien no es deseado o intentar amarrar al que se es querido, si rompes las leyes universales por más bruja que consideres ser, a los pies del dolor te verás rendida pues tarde o temprano a ti también te llegará.
Antes de poder manejar los elementos de manera correcta, al igual que todos, debes pasar por el proceso del despertar. Si no entiendes el concepto por más que no lo creas, aún sigues dormida.
Si tus palabras guardan rencor, si tus emociones no están desprovistas de ego, siguieras en el camino incorrecto causando daño, sumando víctimas.
De todo lo que has leído, visto y escuchado un gran porcentaje es mentira y el restante te abre las puertas a un nuevo amanecer y es tú tarea saber cuál es cuál, por lo que debes comprender que eres y serás siempre tú propio maestra, primero aprende y luego si te lo piden, aconseja.
Si tu dices ser luz sin enfrentarte a tu propia oscuridad, entonces no eres luz.
El universo es muy claro y el hecho de que te sientas diferente no te deja exenta de la ley, sufrirás el daño que causes y como piensas vivirás...
Nuestra mejor consejera es la intuición, ella no se deja manipular por el deseo, la avaricia o el rencor, por lo que en nuestro interior siempre sabremos cual es la respuesta.
Somos lo que ofrecemos.
Somos nuestros actos.
Somos el canal.
Somos quienes damos intención a las energías de los elementos.
La magia no es blanca, ni negra, la magia es magia y ésta conjuntamente con tú esencia, la naturaleza y la intención le dan rumbo a aquello que deseas.
Sólo recuerda que fueron tus manos las que sembraron y tarde te tocará cosechar tú siembra.
No olvides que la rueda gira y lo que damos regresa.
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