El cabello guarda memorias de dolor, es por ello que cuando vivimos un proceso doloroso muchas personas deciden hacer un cambio de imagen, cortan su cabello, lo peinan distinto o lo tiñen, esa es una acción mágica inconsciente, hacerlo nos libera de esas emociones y nos ayuda a vivir el proceso.
Por otro lado, la madre tiene la facultad divina de la sanación hacia su descendencia, seguro recordarás que cuando había algún dolor, tu madre sobaba tu cuerpo sentías que todo mejoraba.
Es por ello que cuando vivas un dolor grande, pide a tu madre o a tu abuela que peine tu cabello, siéntate en el piso abraza sus piernas y dile a tu madre que te peine. Su poder sanador te ayudará a limpiar tu corazón.
Si no cuentas con tu madre o tu abuela, pide a una hermana o a una amiga. El don de la sanación de la mujer habita en todas.
Autor desconocido
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