Agua y fuego para limpiar y purificar
Estos dos elementos han sido fundamentales en la evolución y supervivencia del hombre. Están siempre presentes en su vida y son muy útiles para purificar y limpiar su cuerpo, su mente, sus espacios, sus relaciones.
“En momentos importantes solemos prender velas, que representan el fuego, como cuando cumplimos años, muere alguien o vamos a tomar una decisión, porque buscamos una conexión con esa energía celestial en la cual creemos y nos sostiene en los momentos de debilidad, cuando no sabemos a quién acudir”.
El agua, por su parte, significa fluir con los cambios, no permanecer siempre en el mismo punto sino cambiar de acuerdo con las circunstancias de la vida.
“Esta está relacionada con la inteligencia, con el ser abiertos de pensamiento y mente, con la fluidez, con seguir con la corriente, olvidar el pasado y continuar hacia adelante. Por eso cuando queremos cambiar algo en nuestras vidas o queremos dejar atrás algo hacemos una limpieza, puede ser física, puede ser en nuestro entorno o puede ser mental, pensando y visualizando cómo el agua limpia y se lleva todo aquello que ya no queremos cargar”.
Por su parte, “el fuego en todas las culturas el fuego es tomado como la luz que rompe con la oscuridad”.
“Este elemento es mágico, nos atrae, y lo usamos cuando queremos reconocimiento, ser tenidos en cuenta, cuando queremos ayuda para tomar decisiones”.
Renovar las energías
Desde el ‘feng shui’, el agua es donde se acumula, recoge y almacena la energía. “El papel del agua es circular: acumular, mover y activar el qi o energía de un espacio. Es necesaria para permitir que la energía se vuelva útil”.
Ella propone, para limpiar un ambiente (cuarto, oficina, estudio), hacer la siguiente limpieza: echar agua (puede ser sola o con sal marina) en un recipiente de vidrio de boca ancha, del tamaño de un plato de sopa, y dejarlo en el suelo, en una esquina de la habitación o debajo de una mesa durante dos o tres días; luego botar el agua.
La finalidad de esto es limpiar un lugar de la energía negativa acumulada después de una discusión o de una visita desagradable, o simplemente para cambiar la polaridad de la energía de un espacio cuando se siente muy cargada. ¿Vecinos ruidosos o con mala vibra? Entonces te recomiendo conseguir un recipiente de vidrio, cristal, cerámica o piedra y llenarlo de agua. El líquido debe permanecer siempre limpio, por lo que te recomiendo cambiarlo cada 7 días o menos.
También se recomienda tener agua en movimiento: una fuente, un acuario, que aportan oxígeno al ambiente, más limpio, que llega a nuestro cerebro, generando más tranquilidad para tomar mejores decisiones y tener pensamientos más claros.
Para que la energía circule libremente, se propone este ritual, con agua que representa la vida. Consiga tres naranjas; saque nueve círculos de la cáscara de cada una, como si fueran monedas (no usar la pulpa); cúbralos con agua por mínimo nueve horas. Ponga el agua en un atomizador para que salga en forma de rocío, y comience la limpieza en el sentido de las manecillas del reloj (de izquierda a derecha), iniciando por la puerta principal y terminando en ella. Al mismo tiempo, visualice que todos los problemas se resuelven. Este ritual es muy efectivo si se hace el primer día de la luna nueva y se repite 14 días después.
Velas para la armonía
El fuego y el agua juntos, aunque opuestos, funcionan para lograr en nosotros cambios reales, se nos propone este sencillo ritual, cargado de significado en un momento difícil: escriba en un papel aquello que quiere olvidar, que no quiere volver a repetir en su vida; quémelo con una vela blanca y entierre las cenizas. Tenga durante este momento un vaso de agua limpia al lado, que luego regará sobre la tierra donde enterró las cenizas.
“Es como dejar atrás el pasado, volverlo a las cenizas y comenzar limpio y nuevo hacia adelante. De esta forma estamos cerrando ciclos aquí en la tierra y arriba en el cielo”.
Se afirma que el fuego es un purificador de espacios que tiene la capacidad de romper con todo lo negativo y mejorar las energías, para evitar desacuerdos y peleas. Por eso aconseja prender velas con frecuencia; pueden ser con aromas de frutas, flores o maderas como sándalo, “que ayudan a sentirse cómodo, tranquilo y con una sensación agradable”.
Además, les recomendamos este ritual para crear armonía: colocar en un plato grande tres velas, una de color amarillo, una naranja y una blanca. Alrededor se vierte mucha miel y se ponen 27 clavos de olor. Se deja en el lugar escogido para purificar y se prenden por tres horas diarias hasta que se terminen, con la intención de crear armonía entre todos los ocupantes de la casa.
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