Para regirnos por esta filosofía oriental, podemos optar por muchas plantas. Sin embargo, la vinculación de la zamioculca al feng shui la convierte en una de las plantas estrellas.
Empecemos por comprender el peso que las plantas tienen en espacios energéticos de este tipo. O, dicho de otro modo, cuál es su función. Como naturaleza que son, las plantas simbolizan la vida y la abundancia. Pero no solo por eso son importantes. También lo son porque se asocian con la madera. Uno de los elementos fundamental de la energía y que equilibra el denominado «chi» del ambiente.
La presencia de madera en un espacio supone buena salud, energía familiar y un motor para la creatividad. Y es precisamente, en este aspecto, donde radica la primera identificación de la zamioculca con el feng shui. Sus singulares y gruesos troncos, que nacen en parejas y de manera descolocada, serían esa presencia de madera necesaria.
Más allá de esto, hay más motivos para identificar la zamioculca con el feng shui.
Otro aspecto fundamental para esta filosofía es la colocación de las plantas.
Algo que no debe hacerse a la ligera, ya que de su ubicación depende que cumplan su función energética. Para el feng shui, las plantas de nuestro hogar deben estar situadas en el Este y el Noreste de nuestra casa. Una orientación marcada por una luz más tenue y menos intensa. Y ahí, nuevamente, la zamioculca da motivos al feng shui para tener el peso que tiene. Hablamos de una planta que, a pesar de sus orígenes africanos, es poco exigente con la luz. Es cierto que es una gran amante de la luminosidad. Pero, a pesar de ello, puede vivir en espacios que carezcan de ella.
Plantas sanas, plantas con energía positiva en el feng shui
Y vayamos al último motivo por el que zamioculca y feng shui van de la mano. Otro aspecto clave para esta filosofía es que las plantas que tengamos, mejor pocas que muchas, estén en perfecto estado. Su salud es clave para esa energía positiva que se presupone a las plantas. Y no hacerlo, tener plantas en mal estado, puede revertir su efecto. Lejos de lo positivo, pueden generar una energía nociva. Pues bien: si algo tiene la zamioculca es que es tan poco exigente en sus cuidados que resulta francamente complicado que se nos estropee.
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