La única injusticia que existe es la que nosotros mismos cometemos con los demás o con uno mismo; ya que son los únicos actos que pasan por el filtro de nuestra conciencia; y que, por lo tanto, pueden ser modificados.
El resto, sólo obedece a la ley de causa y efecto (karma o merecimiento), cuentan con el “visto bueno de lo Superior”, por lo tanto, está todo perfecto y apropiado.
No existe la injusticia fuera de ti.
Ni por más terrible que te parezca a tus ojos y a tu juicio, lo que le pasa a una persona, familia, grupo o nación, está merecido, todo ocurre por merecimiento.
“El que siente injusticia en el mundo, se llena de sufrimiento”.
Estos temas de justicia e injusticia están muy de moda hoy en día, sobre todo en la política, todos quieren luchar por las injusticias sociales, pero son pocos los que son realmente justos en sus vidas.
Si fuéramos consientes de nuestros actos, nos percataríamos de todas esas pequeñas o grandes injusticias que continuamente cometemos.
Ver la injusticia en los demás es muy simple, cualquiera lo hace, pero ver nuestros propios actos injustos es lo que más nos cuesta.
Si cada persona se dedicara a reflexionar cuidadosamente en sus actos, en busca de la "acción justa", lograríamos cimentar la verdadera justicia en el mundo.
En vez de luchar por las injusticias que se cometen contra los demás, debemos luchar por ayudar misericordiosamente a los demás. Es decir, que nuestra motivación sea la “Misericordia” y no la búsqueda de la aparente injusticia en los actos de los demás.
Todo el que busca implantar la justicia fuera de sí, está dejándose llevar por sus propios conceptos de culpabilidad e inocencia.
El que comprende esto, deja de moverse por los raciocinios cognitivos y subjetivos de su limitada mente y comienza a moverse por los profundos sentimientos de su comprensiva conciencia.
Nuestra mente sólo nos puede dar luces de la justicia o injusticia de nuestros propios actos, ya que tiene la información del caso a su alcance; sin embargo, en lo que compete a terceras personas no cuenta con todos los antecedentes como para comprender y determinar conscientemente si hubo o no injusticia; entonces la misericordia es la motivación necesaria.
¿Te parece injusto lo que está viviendo una persona?, ¿conoces lo que esa persona hizo de forma anterior?, ¿estás seguro que siempre ha caminado por el sendero de la luz?, ¿conoces cuál es el karma que se le está cobrando?... no seas el abogado del diablo, pero ten compasión hasta por los malvados.
“Cada cual cae en el agujero que ha hecho. El mal regresa sobre la cabeza del que lo produce. La injusticia cae sobre el que la origina, así es la Ley”.
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