Si tienes una relación difícil o si ya se ha roto, si tienes el corazón destrozado, guardas algún resentimiento o culpabilizas a otra persona de algo, puedes cambiarlo a través de la gratitud. La gratitud mejorará mágicamente cualquier relación difícil, tanto si se trata de tu esposo o esposa, como de tu hermano o hermana, hijo o hija, socio, jefe, cliente, compañero de trabajo, suegro o suegra, padre o madre, o amigo o vecino. Cuando nos encontramos ante una relación difícil o una situación que supone un reto en una relación, la mayoría de las veces, no sentimos el menor agradecimiento por la otra persona. Por el contrario, nos enfrascamos en culpar al otro de nuestros problemas en común, y eso significa que no sentimos ni la más mínima gratitud. Culpar a alguien nunca mejorará una relación, ni jamás mejorará tu vida. De hecho, cuanto más culpabilizas, más empeora la relación, y más empeora tu vida. Tanto si se trata de una relación actual como de una relación del pasado, si albergas malos sentimientos hacia la otra persona, practicar la gratitud eliminará esos sentimientos. ¿Por qué deberías desear eliminar tus malos sentimientos respecto a otra persona?
“Aferrarse a la ira es como agarrar una brasa con la intención de lanzársela a otra persona; eres tú quien se quema.” GAUTAMA BUDA
Los malos sentimientos respecto a otra persona queman tu vida, ¡pero la gratitud los elimina! Por ejemplo, si tu ex pareja se relaciona contigo a través de tus hijos, y la relación no es buena, mira los rostros de tus hijos y reconoce que no estarían vivos si no fuera por tu ex pareja. La vida de tus hijos es uno de los regalos más valiosos que posees. Mira a tus hijos y ¡dale las gracias a tu ex pareja por su vida todos los días! Además de aportar paz y armonía a la relación, a través de tu ejemplo estarás enseñando a tus hijos el mejor instrumento que pueden utilizar en su vida: la gratitud. O, si tienes el corazón roto o estás sufriendo por el final de una relación, puedes utilizar el poder mágico de la gratitud para transformar tu sufrimiento. La gratitud transforma de manera mágica el sufrimiento emocional en sanación y felicidad con mayor rapidez que ninguna otra cosa, y la historia de mis padres es un perfecto ejemplo. Mi madre y mi padre se enamoraron el uno del otro a primera vista. Desde que se conocieron sintieron un mutuo agradecimiento por estar juntos, y disfrutaron del matrimonio más bello que he visto jamás. Cuando mi padre murió, mi madre, como es natural sufrió una inmensa pena. Tras meses de
sufrimiento, empezó a utilizar el poder mágico de la gratitud, y a pesar de su inmensa tristeza y dolor, buscó razones por las que estar agradecida. Empezó por el pasado y recordó todos los maravillosos momentos que había recibido durante las décadas que estuvo con mi padre. Luego, dio el siguiente gran paso, y buscó motivos para dar gracias en el futuro. Y uno a uno, los encontró. Descubrió o recordó cosas que siempre había querido hacer, pero que no había tenido tiempo de hacerlas cuando mi padre vivía. Y con este valeroso paso de gratitud, las oportunidades para hacer realidad sus sueños empezaron a aparecer como por arte de magia, y su vida volvió a estar rebosante de felicidad. El poder mágico de la gratitud concedió a mi madre una nueva vida.
Para el ejercicio mágico de hoy vas a buscar una brasa que todavía esté ardiendo en tu vida, ¡y literalmente, la transformarás en oro mediante la gratitud! Elije una relación difícil, problemática o rota que desees mejorar. Tanto da que se trate de una persona que esté actualmente en tu vida, como que se trate de una relación pasada y que esa persona ya no forme parte de tu vida. Siéntate y escribe la lista de las diez razones por las que estás agradecida a esa persona que has elegido. Recuerda la historia de la relación, y enumera las cosas buenas de esa persona o las cosas buenas que recibiste de esa relación. La forma más sencilla de hacerlo es pensar en cómo eran las cosas antes de que la relación se deteriorara o terminara. Si la relación nunca fue buena, entonces piensa detenidamente en alguna buena cualidad de la persona, porque seguro que las tiene. En este ejercicio mágico no importa quién tiene razón y quién no. No importa lo que creas que te ha hecho alguien, no importa lo que te dijo o no hizo, tú puedes sanar mágicamente la relación, y para ello no necesitas a la otra persona. En todas las relaciones hay oro, incluso en las difíciles, y para aportar riqueza a todas tus relaciones y a tu vida, has de encontrar ese oro. Cada vez que cavas y descubres una pepita de oro, apúntalo, dirígete a la persona por su nombre, y di tu frase en señal de gratitud: (Nombre) , te estoy agradecido por…
Ejemplo:
Paul, te estoy agradecida por el tiempo que estuvimos juntos. Aunque nuestro matrimonio ya haya terminado, he aprendido mucho, ahora soy mucho más sabia, y lo que he aprendido de nuestra relación lo uso en muchas de mis relaciones actuales. Etc.
Cuando hayas terminado tu lista de las diez cosas que agradeces, deberías sentirte mucho mejor respecto a la persona y la relación.
Ejercicio
La meta que deseas alcanzar es no tener más malos sentimientos hacia esa persona, porque es tu vida la que se resiente con esos sentimientos. Cada relación es diferente, y si lo consideras necesario, puedes repetir este ejercicio mágico durante varios días hasta que ya no tengas malos sentimientos hacia esa persona. Si estás utilizando el poder mágico de la gratitud para mejorar una relación actual, verás que la relación empieza a cambiar milagrosamente ante tus propios ojos.
Basta con una persona para cambiar mágicamente una relación a través de la gratitud, pero es la persona que usa la gratitud la que recibe los beneficios en toda su vida. Si eliges una relación del pasado, donde ya no estás en contacto con la persona, sentirás que te llenas de paz y felicidad, y al mismo tiempo verás que también mejoran otras relaciones actuales en tu vida.
En el futuro, si una relación se vuelve difícil, recuerda usar este ejercicio mágico inmediatamente.
Detendrás las dificultades antes de que éstas se hagan mayores, ¡y aumentarás la magia en la relación!
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