Con el auge de la practica de diferentes sendas orientadas al culto a la naturaleza, terapias alternativas y la búsqueda también de una mejor alimentación más saludable, muchos practicantes renovaron viejas y sanas costumbres, entre ellas, el jardín mágico propio.
Son muchos los que se dedican a tener uno en su casa, ya sea en el jardín trasero de su vivienda, en el balcón, o en el patio, para cambiar esas especias en polvo sin gusto y muchas veces falsas por hierbas aromáticas y medicinales frescas.
Aquí te doy, algunos consejos para tener en cuenta a la hora de armar tu propio jardín mágico:
En primer lugar, si lo vas a hacer en tu balcón o en tu patio trasero elegí macetas que sean profundas (por lo menos que tenga cada maceta entre 30 y 40 centímetros), para darle un buen espacio de desarrollo de las raíces de la hierba que decidas cultivar. Siempre que desees tener en cuenta que todas las macetas que uses para dicho jardín tengan un buen drenaje de agua, para esto fíjate si la maceta lo tiene antes de colocar la tierra y la planta, si no lo tiene, tomate unos minutos para perforar la base previamente a colocar la tierra, para que fluya el agua luego cuando la riegues.
Antes de plantar, si puedes, coloca en la maceta una capa de 2 centímetros de leca (unas piedritas de arcilla) o piedras partidas y completas con una buena mezcla, una mitad de tierra fértil de buena calidad si es posible comprarla, un cuarto de abono o humus de lombriz y otro cuarto de arena gruesa.
Llena la maceta o el recipiente que vayas a usar hasta un centímetro del borde del mismo. Puedes sembrar con semillas o directamente comprar las plantitas para transplantar de algún vivero.
Una vez que tienes seleccionado el lugar para tu jardín mágico, las macetas o recipientes que servirán para tus plantitas y preparaste la tierra para el mismo, es entonces momento de elegir qué hierbas mágicas vas a plantar. Estas son algunas opciones:
1. Salvia
Un clásico que vas a utilizar, el tipo de luz que necesita es la sombra, y apenas un poco de tiempo a pleno sol. En las zonas de clima muy frío debe implantarse la planta en lugar abrigado (por una pared, por ejemplo) y en una posición muy soleada. En cuanto al tipo de suelo que necesita, este puede ser muy rústico. Crece en suelo con poca materia orgánica, arcilloso arenoso, con buen drenaje. Resiste la caliza, e incluso esta más bien la beneficia. Y si bien soporta bastante bien la sequía, ésta debe regarse 2 ó 3 veces a la semana. Se sugiere abonar con estiércol fermentado, y con nitratos y fosfatos después de cada corte.
2. Albahaca
La siembra se realiza en interiores al final del invierno o en primavera. Después de un mes y medio, aproximadamente, cuando los plantines alcanzan los 5 u 8 centímetros de alto, pueden trasplantarse a macetas individuales y conservarse en el exterior. Eso sí: en invierno, para cuidarla del frío, hay que cubrirla con un protector.
3. Ruda
Una o dos plantas son suficientes para proveerse de ruda. El tipo de Luz que necesita es un poco de sol hasta semisombra. Si vas a plantarla en regiones ventosas y frías tienes que protegerla. Crece espontáneamente en suelos pobres y calcáreos. Se arraigará fácilmente en un suelo pobre de jardín, donde formará una mata compacta y decorativa. El riego debe ser regular, nunca copioso, un par de veces a la semana. La falta de riego la deja susceptible al ataque de la mosca blanca y a ácaros. Es recomendable podarla fuertemente en invierno, dejándola a unos 10 cm del suelo, con el fin de estimular su crecimiento compacto y renovado y evitar así un exagerado alargamiento de la planta. Se adapta bien al recorte de su follaje. La planta se cultiva mediante semillas plantadas casi siempre en la primavera, o en el verano. Se siembra a 3 cm de profundidad, y suele germinar a las 2 ó 3 semanas, luego las plantas se trasladan al terreno una vez que empiezan a crecer.
4. Artemisa
Es de rápido crecimiento sin dificultad en suelos pobres y arenosos así como en lugares secos y soleados al igual que en suelos fértiles. Las semillas son muy pequeñas por lo que hay que ubicarlas en lugares donde no sean levantadas por el viento o transportadas por la caída de la lluvia. Por esa razón se tratan de cubrir mínimamente con un poco de tierra. Esta planta se puede reproducir mediante un pedacito de su raíz. Para el cuidado de la planta se debe fertilizar en pequeñas cantidades al menos una vez al año.
5. Menta
Se planta a fines de primavera o en otoño. En la maceta agregále humus de lombriz en la zona de contacto con las raíces. En invierno parece secarse, pero siempre vuelve a crecer, es muy resistente.
6. Romero
Es un arbusto resistente, pero atención: no tolera el exceso de agua, por eso hay que ser cuidadoso en el riego. En invierno es conveniente resguardar la planta del frío bajo techo.
7. Tomillo
Las semillas se plantan a fin del invierno o al inicio de la primavera. Tanto la falta como el exceso de agua son perjudiciales para el tomillo. Puedes cultivarlo en interiores, pero siempre cerca de una ventana con mucha luz. En invierno necesita protección contra las heladas.
8. Lavanda
Para ésta espectacular planta que florece desde mediados de primavera hasta finales de verano y que muchos usamos en nuestros saquitos protectores te doy algunos consejos para su cuidado:
1. Abónala después del corte para que los tallos nuevos tarden en hacerse leñosos
2. Dale un recorte en cuanto pase la floración.
3. Es una planta que aguanta bien la sequía, solamente necesita regarse cuando se plantan los esquejes (trocitos para trasplantar) hasta que estos arraiguen bien. Cuando la planta se utiliza como flor de maceta necesita un riego adicional semanal , más bien moderado.
Y para multiplicar y hacer varias plantitas de la original hazlo utilizando trozos de unos 10 cm. de tallos semimaduros en verano.
9. Hisopo
Esta planta que se suele usar para limpiezas energéticas, no necesita cuidados especiales. El hisopo es un subarbusto que se beneficia de un terreno seco, bien drenado y soleado. Crece en terrenos calcáreos formando setos muy vistosos. En los inviernos muy fríos requiere protección. El riego que suele necesitar es una vez por semana y de manera moderada con esto alcanza y sobra. Tal vez convenga transplantarlo aproximadamente cada 5 años. Puede cultivarse a partir de semillas en primavera, por división de raíces o mediante esquejes tomados antes de la floración.
10. Valeriana
Esta hierba que muchos utilizan porque, actúa como un agente sedante, por lo que se suele recomendar a personas con trastornos del sueño y estrés, necesita mucha agua, que no le de el sol directo, y lo que se utiliza normalmente es la raíz, dejándola secar. Necesita tierra fresca. Le gusta también el sol en los climas frescos. Las flores desprenden un fuerte olor muy agradable, algo como a vainilla, es difícil de definir. Si está a gusto, tiende a invadir el lugar. Rebrota de retoños. En invierno desaparece para volver a brotar en primavera.
Recolección y conservación: La primavera o el otoño son las mejores épocas para recoger las raíces de la planta. Limpiar y dejar secar en un lugar ventilado.
Artículo fruto de investigaciones de Warlock.-
Por: Ascinsus Bruxa Esaje.
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