lunes, 27 de abril de 2020

Cómo hacer una Limpieza Energética en tu Hogar

La necesidad de realizar una limpieza energética de una casa es una costumbre que se realiza en muchas culturas, la limpieza es un factor clave en el Feng Shui. De la misma manera que los objetos acumulan polvo y grasa, los lugares guardan una impronta de la vida que ha habido en ellos y quedan registrados a nivel energético los acontecimientos que han tenido lugar.



Así como limpiamos nuestro pelo, nuestra piel y hasta nuestros órganos, está buenísimo también purificar nuestro ambiente. Sahumar nuestros espacios se convirtió en una forma de restablecer la armonía y el equilibrio en tu hogar y tu lugar de trabajo. Se trata de un rito ancestral en el que quemamos dejando que el humo llegue a cada ambiente, especialmente los ángulos de las paredes, cajones y recovecos. 

Tómate unos instantes para realizar el siguiente ejercicio: 

Imagina un hogar en el que vive una pareja que continuamente está discutiendo, trata de sentir la energía que habrá en ese lugar. 

Ahora imagina un hogar en el que vive una feliz familia y trata de sentir la energía. 

¿Notas alguna diferencia? ¿Te resulta fácil entender de qué se habla? 

Algunas casas tienen tendencia a acumular con mayor facilidad energía estancada. Esto puede depender del Feng Shui de la casa y de cómo se mueve la energía dentro de ella, o de las circunstancias vitales de las personas que las habitan, de sus diferentes temperamentos, de las relaciones entre las personas que conviven, etc. 

Si un Jardinero quisiera plantar algo en el jardín, primero tendría que limpiar la zona para asegurarse de que saldrá la planta que él ha elegido. Pues antes de llenar la casa con la energía de su familia, primero debe limpiarla de los residuos energéticos de sus antiguos habitantes. 

La limpieza disolverá el Chi estancado y permitirá entrar Chi fresco y renovado. 

Lo primero que hay que hacer es realizar una buena limpieza física a fondo, ventilar bien, abrir los grifos durante unos minutos y vaciar unas cuantas veces la cisterna del aseo. La suciedad produce un Chi de poca calidad y llena el espacio de energía muy pesada. El polvo, si se acumula en espacios muy cerrados se carga muy fácilmente con energía estática. 

Si notas muy pesada la energía, purifica los suelos con sal, utiliza 300 g. de sal en el cubo de fregar y cuando termines la limpieza con sal, vuelve a lavar de forma tradicional el suelo. 

A continuación sigue estas instrucciones: 

· Elige la fecha adecuada, teniendo en cuenta las fases de la luna. En el caso de una limpieza es mejor aprovechar el ciclo de creciente a menguante (de luna llena a luna nueva) 

· Escoge un momento en el que sepas que no te va a interrumpir nadie, asegúrate de que no tendrás visitas imprevistas y desconecta el teléfono.

· Procura que no haya niños mientras dura el proceso 

· Hazlo de día y con las ventanas cerradas, aunque abiertas las cortinas (si hubiera) 

· Realiza la limpieza cuando te sientas bien, con salud y emocionalmente equilibrado 

· Quítate cualquier objeto de metal, anillos, cadenas, etc. 

· Utiliza, preferiblemente, ropa de color claro que limpiarás a fondo después de haberla utilizado 

· Trabaja solo y en silencio (sin música de fondo) o con alguna persona que esté conectada con el propósito 

· Recita unas palabras mentalmente, con la debida concentración, pidiendo limpieza y protección. Es fundamental la actitud mental cuando se realizan los trabajos de limpieza 

Para la limpieza energética, puedes utilizar incienso (varias barras a la vez para conseguir gran cantidad de humo) o puedes quemar en un cazo, romero seco o salvia mezclado con un poco de sal y unas gotas de alcohol de romero (esta mezcla produce mucho humo y es muy purificador), ten cuidado con la cantidad de alcohol para no quemarte. 

Empieza por la estancia más alejada de la puerta de entrada y desde donde esté situada la ventana muévete en el sentido de las agujas del reloj rodeando la habitación y moviendo hacia arriba y hacia abajo el incienso o el cazo, “como si pintaras” las paredes, prestando especial atención a las esquinas (donde realizaras varias pasadas) hasta llegar a la ventana por la que empezaste, con la intención de sacar la energía enferma hacia el exterior. Termina pasando el humo por el resto del espacio. 


Repite el proceso en todas las habitaciones, siguiendo el orden desde la más alejada de la puerta de la entrada hasta el recibidor. Si no hay ventana en la estancia, empieza desde la puerta y arrastra hacia el exterior. 

Cuando hayas terminado, sal de la casa durante un rato. Después entra de nuevo y abre todas las ventanas. Dúchate con agua fría o tibia.


Para finalizar, sella el trabajo con sonido. Puedes utilizar un cuenco tibetano, música clásica o algún tipo de música relajante que te inspire. Cierra las ventanas, asegurándote que ya no queda nada de humo y que el olor ya no es tan intenso.

Si te decides por el cuenco tibetano ve habitación por habitación, colocándote en el centro y haciéndolo cantar varias veces, sintiendo cómo se eleva la vibración del espacio.

Si optas por la música, sube el volumen del equipo hasta que se oiga por toda la casa.

En ambos casos, vete después durante un buen rato.

El trabajo ya está hecho, no dudes si lo está bien o no, para ello te preparaste mentalmente al principio, no abras la puerta a la duda. En los trabajos energéticos, la intención es un factor clave. Con todo esto, cuando entres de nuevo debes sentir los cambios.

No olvides nunca que los mejores ingredientes para un ambiente limpio son la pureza personal y los buenos pensamientos. Estos son los mejores protectores de cualquier lugar.

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