jueves, 16 de mayo de 2019

Cómo aprender a decir No


Saber decir que No y establecer tus propios límites no es sencillo pero, aunque te cause ansiedad o malestar, debes aprender a hacerlo si quieres mejorar tus relaciones personales y sentirte bien contigo mismo.



Aunque pueda parecer sencillo dejar que estas dos letras salgan de tu boca, no a todo el mundo le resulta fácil dar un no por respuesta. Te damos algunos consejos para que aprendas a decir que no y seas capaz de negarte a hacer todo aquello que no deseas:

  • Pierde el miedo a lo que los demás puedan pensar: dentro de unos límites razonables, tú eres la primera persona que debe estar satisfecha con su conducta.
  • Acepta la ansiedad como parte del proceso. Es normal que te pongas nervioso o te sientas incómodo a la hora de decir que no, pero no sucumbas a este malestar diciendo que sí y tratando de quitarte el problema de encima cuánto antes, porque así solo conseguirás diferir una situación indeseada, pero no resolverla.
  • En relación a lo anterior, recuerda las consecuencias negativas que te puede acarrear aceptar, y que seguramente no se verán compensadas por el alivio emocional momentáneo que experimentarás si aceptas.
  • Colócate frente a un espejo y entrena un estilo de comunicación asertivo; piensa en situaciones cotidianas en las que tengas que decir que no, y observa mentalmente tu comunicación no verbal, escuchando también tu lenguaje verbal. ¿Suena convincente?
  • Haz una jerarquía de esas situaciones, y clasifícalas para analizar desde aquellas en las que más difícil te resulta negarte a lo que te piden, hasta aquellas en las que te cuesta menos decir que no, y comienza desde hoy mismo a dejar claro a los demás todo lo que no deseas hacer.
  • Di que no sin dar demasiadas explicaciones; así ofrecerás menos argumentos a aquellos que te quieran convencer de lo contrario.
  • Interioriza esta idea: “es posible que no hagas ni seas aquello que deseas, pero siempre tienes la opción de no hacer ni ser aquello que no quieres”, y ponla en práctica cada vez que te enfrentes a una situación en la que no desees hacer lo que te proponen.


Si siempre te muestras demasiado accesible no estás contribuyendo a dejar que te vean como «el que siempre está ahí». Para ello, tienes que rechazar propuestas que no te apetezcan o simplemente avisar de que no tienes tiempo. Incluso, a veces sirve con hacer el despistado. Sin necesidad de decir nada los demás, ellos mismos se darán cuenta de que tú también sabes decir no.

Aprende a quererte sin necesitar de la aprobación de todo el mundo

Seas quien seas y hagas lo que hagas, debes aprender que no le vas a gustar a todo el mundo. Una vez que reflexiones sobre ello e instales esta creencia en tu mente, te sentirás más aliviado y no darás tanta importancia a lo que digan los demás.

Como expresa un famoso refrán, «La caridad bien entendida empieza por uno mismo». No lo olvides, porque tú eres lo más importante, y si no te quieres y te cuidas, nadie lo hará por ti.

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